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viernes, 4 de enero de 2019

#Colombia #TerrorismodeEstado La nueva vida del joven que perdió su ojo durante paro de estudiantes


Médicos dicen que la buena recuperación de Esteban Mosquera dependerá de los cuidados que tome. Dos días después de los disturbios en que terminó la última de las movilizaciones del año de estudiantes y centrales obreras en Popayán, Esteban Mosquera tuvo la primera de las tres cirugías que le practicaron en el hospital San José de esta ciudad. Y aunque siempre suele mostrarse tranquilo frente a las adversidades, ese sábado 15 de diciembre, el estudiante de sexto semestre de música instrumental de la Universidad del Cauca sintió el corazón más acelerado que nunca cuando los médicos le confirmaron que definitivamente no había manera de reparar el ojo izquierdo en el quirófano. El globo ocular quedó tan afectado por una detonación a menos de un metro de distancia que implicó retirárselo del todo mediante un delicado procedimiento llamado enucleación. Minutos antes de ser anestesiado para esa primera intervención, los médicos del San José vieron a Esteban calmado, quizás para no angustiar más a sus tías María Fernanda y María José Mosquera que lo criaron desde pequeño, como también lo ha hecho su abuelita, con quien también vive, luego de la muerte de ambos padres.

En el transcurso de las 72 horas siguientes de esta primera cirugía, mientras en el país seguían las reacciones de rechazo y solidaridad con Esteban, tras las choques entre manifestantes y miembros del Escuadrón Antidisturbios de la Policía (Esmad), el payanés de 24 años fue sometido a otras dos operaciones. Una para reconstruirle el párpado y la tercera, para ensamblar los huesos fracturados por el estallido. Las autoridades aún buscan precisar si recibió un disparo con una bala de goma o si la pérdida de su ojo fue por otra causa, tras sentir lo que describe como un golpe en el rostro que lo dejó arrastrándose por el suelo y sangrando a unos metros del área de las residencias para universitarios y estudiantes en cercanías de la Unicauca y de la portería del alma mater.

Ahora, cuando ha transcurrido casi un mes desde esas operaciones, la gerente del San José, Derlin Delgado, y la subgerente científica Shirley Patricia Albor, señalan que Esteban debe ser consciente de que de su recuperación con todos los cuidados que implican no agitarse ni salir a exponerse al sol, depende que pueda utilizar una prótesis ocular más adelante como son los deseos de este músico y de su familia.

Pero como lo recalcan los médicos en el hospital, es necesario dar un tiempo de espera para que el ojo pueda ir sanando por sí solo y permita una mejor adaptación de la prótesis. Esteban y sus tías aspiran a que él pueda usarla en unos tres meses.

Hoy, desde su casa en la capital caucana, Esteban dice que su familia y la música lo llenan de fuerzas para mantenerse con la entereza que siempre lo ha caracterizado desde la muerte de su progenitor mucho antes de que él naciera. Cuando tenía 8 años, un aneurisma le arrebató de su vida a su mamá, Ana María Mosquera, de quien toma su apellido.

“Vivo para el arte y para mi familia. No quiero odios ni violencia”, repite el payanés en su hogar al manifestar que además de su deseo por recuperarse física y emocionalmente, está ansioso por regresar a sus estudios en la Universidad del Cauca. A Esteban le faltan otros seis semestres para culminar su carrera. Hasta ahora va por la mitad. Para esa recuperación, médicos del San José le ofrecieron al estudiante un servicio de psicólogos por todo el impacto emocional de la situación. La familia agradeció este nuevo gesto de apoyo, pero Esteban está recibiendo asesoría de manera particular.

Esteban quiere ser percursionista profesional y así se los ha hecho entender a sus profesores de la Unicauca, donde pretende ser uno de los mejores en la ejecución de instrumentos en diferentes formatos musicales, como sinfónicos y de cámara.

Su pasión por la música hizo que desde niño f
uera parte de la banda marcial de su colegio en Popayán. Allí tocaba los platillos, pero escuchar el golpe de los tambores le creó tal fascinación, al punto de que hace dos años inició la carrera en la Unicauca para especializarse en percusión, luego de que vivió por un tiempo en Medellín, donde también se dejó llevar por esa inclinación por el arte para integrar la Sinfónica de Antioquia.

Su tía María José comenta que en estas últimas dos semanas, después de las cirugías, ha sentido un poco de dolor, pero ella coincide con amigos y allegados de su sobrino en que tocar una batería será el camino para restablecerse, aunque también ama tocar el piano y aprendió a sacarle notas al xilófono.

María José añade que Esteban es fuerte y que se volverá a levantar como lo ha venido haciendo. De hecho, amigos de la Unicauca cuentan que cuando Esteban ha enfrentado dificultades económicas, una de las salidas ha sido la preparación de alfajores que aprendió de amigos en su Popayán natal. De allí que algunos se refieren a él con cariño con el sobrenombre de ‘Alfajor’, pero otros le dicen ‘Flaco’, ‘parce’ y 'Gordo'.


“Soy músico para transformar el alma y el mundo”, expresa el caucano, quien aspira a que en este país siga el derecho a la protesta, como él mismo lo enfatizó en aquel 13 de diciembre, cuando salió con su cámara de video a registrar la movilización, y por la cual reclamó más oportunidades de educación y más recursos para que los jóvenes y la misma sociedad se empoderen hacia su propio desarrollo.

“Es increíble que tuvo que ocurrir lo que me pasó para ser escuchados”, opina Esteban, pero al igual que su familia agrega que quiere dejar atrás el episodio de los disturbios. Recalca que es parte de la recuperación que todos los suyos y él anhelan.

Uno de sus amigos, que pidió no dar su nombre, dice que Esteban no es una persona de rencores. “Es muy sensible por el mismo arte y la música, y es bastante receptivo frente a todo lo que pasa en la sociedad, por eso participó en la marcha”.

Francisco Barbosa, consejero presidencial para los Derechos Humanos, señala que el Presidente y sus demás integrantes de su mandato están a la espera de los resultados de la Fiscalía General de Nación con pruebas contundentes para aplicar las medidas a quienes causaron estos desmanes y terminaron con un daño físico que sigue siendo repudiado por la comunidad.

Ambas tías reiteran que están agradecidas con todos aquellos que le han extendido la mano a Esteban. Recuerdan las palabras del presidente Duque, y otros pronunciamientos y acciones de solidaridad como los de los senadores Gustavo Petro y Gustavo Bolívar, este último quien publicó una foto suya con una pequeña cubierta en su ojo izquierdo en la que se leía: "No + Esmad" por redes sociales, cuando el país supo la noticia sobre la pérdida de su ojo izquierdo. Petro, por su parte, opinó en ese entonces: "El problema del mal gusto musical. Reciben a los que no saben de música en Palacio y a los que sí saben y la estudian le dañan los ojos”.

“Lo que esperamos es que nunca más tengamos que ver esos sucesos. Lo que dijimos en su momento es que algunas personas han pretendido hacer daño con violencia y es que todas las formas de violencia tienen que ser rechazadas en el país”, fueron las palabras del Jefe de Estado, horas después de que Esteban cayó herido.

“Yo como artista invito al diálogo, a hablar, a que no todo es violencia. Amo la música, amo a mis tías y amo con todo mi espíritu a una abuelita extraordinaria”, expresa Esteban. Muestra un temperamento calmado al momento de hablar. Insiste en que su vida es la música y todo lo relacionado con los instrumentos de percusión a los que les sigue arrancando sonidos desde su hogar para marcar el paso de un nuevo camino por recorrer.

https://www.eltiempo.com/colombia/cali/que-paso-con-esteban-mosquer...

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