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sábado, 6 de febrero de 2010

Justicia colombiana, un falso positivo

Foto: Omar Vera
http://elturbion.modep.org/drupal/?q=node/1841
Por: Johanna Cassaleth – 03 de febrero de 2010
La justicia colombiana dejó libre a 46 militares procesados por los crímenes de Estado cometidos contra jóvenes de Soacha. El motivo, vencimiento de los términos del proceso. Sin embargo, mientras se reanudan las audiencias y el juicio, los militares tendrián que permanecer recluidos en la Escuela de Artillería por órdenes del Ministro de Defensa. Pero a pesar de la orden del Ministro, los militares se encuentran en licencia de un mes por orden de General Fredy Padilla de León. 
Este hecho aumenta la preocupación de las madres de las víctimas, que expresan impotencia al ver como en el mes de enero quedaron libres, los uniformados que fueron acusados con pruebas contundentes de la desaparición y muerte de 19 jóvenes del municipio de Soacha, y que fueron presentados como bajas del ejercito.

Lilia Solano, candidata al Senado y directora del proyecto Justicia y Vida, dijo al Turbión que presentará los casos de Soacha ante la Corte Penal Internacional y aseveró, que la libertad de los uniformados es un símbolo muy fuerte de impunidad y que gracias a la política de seguridad democrática es que han ocurrido los llamados ‘falsos positivos’.
Pero los crímenes de Estado son muchos más que los 19 de Soacha. El CINEP, Centro de Investigación y Educación Popular, presentó un balance en 2009 sobre ‘falsos positivos’ en el país y argumenta que son 465 los casos y 940 las víctimas entre el 2001 al 2009, lo que quiere decir, que por un caso se presentan dos víctimas. Sin embargo, la fiscalía tiene otras cifras; la Unidad Nacional de Derechos Humanos reporta 1198 casos de ‘falsos positivos’ y 2117 víctimas, y que hay 590 ordenes de captura. Pero las cifras pueden ser más, el miedo a denunciar disminuye el conteo de casos y víctimas tanto en las bases
de datos de organizaciones sociales como en las instituciones del Estado.
Los más afectados con la libertad de los militares han sido las familias de los jóvenes asesinados. En entrevista con el Turbión, las madres de los jóvenes denuncian, que durante las audiencias, abogados y uniformados se burlaron de ellas y que han sido amenazadas. manifiestan que lo único que esperan es justicia por los crímenes de lesa humanidad que se cometieron contra sus hijos y que desde la justicia colombiana o
desde las instancias de la Corte Penal Internacional lo lograrán.
Aunque el gobierno ha expresado su indignación por lo sucedido, no ha buscado la forma de aclarar el asunto y encontrar una solución oportuna, y a pesar de que Uribe habló de garantías para que los jueces lleven a cabo procesos de este tipo, las actuaciones de los jueces del caso y del generallPadilla, no reflejan garantías sino al contrario, amenazas de impunidad.

"Me quedé sola...", entrevista a madre de joven asesinado como falso positivo


tomado de:elturbion.modep.org/drupal/?q=node/1834
El Turbión - 03 de febrero de 2010

La señora Idalí Garcera Valdés, una de las madres de Soacha, cuenta la historia de su hijo, Diego Alberto Tamayo Garcera, y expresa su frustración al ver que salieron por
vencimiento de términos y en libertad condicional los militares acusados del
crimen de lesa humanidad contra su hijo y diez jóvenes más, crímenes de Estado
cometidos en el marco de la política de 'seguridad democrática'.

El Turbión: –¿Cómo se llevaron a su hijo?
Idalí Garcera: –Mi hijo, el 22 de agosto de 2008, me dijo: “me invitaron a conocer la costa”, y yo le dije que cómo así que lo invitaron a conocer la costa, que uno no se va
yendo así, sin plata y sin nada. Él cumplió años el 2 de julio, tenía 26 años,
no estaba trabajando en ese momento porque estuvo enfermo entre julio y agosto:
tenía ulcera y gastroenteritis, orinaba y defecaba sangre.
Ese 22 de agosto me dijo eso, que lo habían invitado, y el 23 me dice: “mamita ya no me voy, me arrepentí”. Entonces yo me puse feliz, pero él no me dijo quiénes se lo
llevaban, quiénes lo habían invitado. De todas maneras, ese sábado se lo
llevaron con otros dos muchachos amigos de él.
Siempre le habían hecho caso a quienes los habían invitado: les habían propuesto trabajo y quién sabe si dinero. Ese sábado por la noche, se fueron con ellos por la propuesta
que les hicieron. Llegan el día 24 a las 10 am a Ocaña (Norte de Santander), los
tienen todo el día domingo encerrados y los matan entre el 24 y 25, al amanecer.
Según como dicen, el reclutador los lleva a la Brigada [móvil] XV , para que los
altos rangos los ascendieran.
El Turbión: –¿En qué fecha pusieron la denuncia?
Idalí Garcera: –Eso fue rapidito. El 26 de agosto salió la primera noticia de que, en Ocaña, tres supuestos integrantes de las Águilas Negras fueron dados de baja por el
Ejército, eso dice el periódico. En esos días me manda ese periódico la familia,
lo sacan en Internet y me mandan esa hojita a mí, lo habían sacado del periódico
El Tiempo. Fue por eso que nos empezamos a enterar de todo. Se habla en Medicina
Legal y comprueban el 29 de septiembre que sí era Diego y que los otros dos
muchachos que estaban muertos eran los amigos.
El Turbión:–¿Qué decían los militares implicados?
Idalí Garcera:–Esos no pueden decir nada. Los sacaron a todos por vencimiento de términos, a todos los dejaron libres, y eso no debió haber sido así. Por dilatar
tanto en las audiencias, por la demora en cada proceso se vencieron los
términos.
El Turbión:–¿Cree que esa demora fue planeada?
Idalí Garcera:–No sabemos. Para mí, todo eso fue como estrategia: ellos se encargaban de demorar con cualquier disculpa las audiencias.
El Turbión:–¿Cómo se comportaban los militares en las audiencias?
Idalí Garcera:–Nosotros muchas veces hemos servido de burla cuando llegamos a las salas de audiencia, sobre todo de esos abogados defensores: ellos se secretean, se
burlan mucho de uno. Es para ver si uno es grosero, pero no, ahí los dejamos.
Ellos gozan con nosotros, se ríen, se han burlado mucho de nosotros... y ahora
la felicidad de salir y de quedar libres... el coronel que quedó libre era una
felicidad y se reía el descarado en la audiencia... Todo eso nosotros hemos
aguantado, todo lo que nos ha sucedido en cada audiencia y toca comernos todo lo
que vemos, porque, ¿qué más?
El Turbión:–¿El gobierno les ha prometido algo?
Idalí Garcera: –No. ¡Y que no nos vayan a hacer promesas! Porque, de todas maneras, a mi hijo por lo menos ni con el mayor dinero del mundo me lo pagan. Me quedé sola... Algún día
habrá reparación, no sabemos, puede que demore cuatro años o más. Nosotras no
estamos esperanzadas en eso, lo que nos queda es trabajar y luchar por la vida y
cuidar a las personas que nos quedan.
El Turbión:–¿Desde cuándo empezaron las amenazas?
Idalí Garcera:–No hay que comer miedo de las amenazas. Ha habido amenazas, pero la última fue hace dos meses y no a mí. Hay que esperar a ver si siguen con las
amenazas.
El Turbión:–¿Usted llevará su caso a la Corte Penal Internacional?
Idalí Garcera:–Es posible. Sí no hay justicia por un lado, será por otro.

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