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viernes, 7 de enero de 2011

EL PANORAMA DE LOS TRABAJADORES COLOMBIANOS PARA EL 2011 ES PREOCUPANTE



"porque el obrero es digno de su salario"
jesus de nazaret
 Lucas Ver.10 Cap.7

por: javier lopez b
el gobierno del presidente  juan manuel santos anuncio al finalizar el año 2010 un incremento del salario minimo o "infimo" como dirian algunos del 3.4%, es decir que para el 2011, 4 millones de colombianos ganaran  $532.500 mas un auxilio de transporte de $ 63.600.
a todas luces este aumento ademas de ser infimo es insultante, indignante y  denigrante, son aproximadamente  16 millones de colombianos ( un promedio de 4 persona por familia) las que tendran que subsistir   con un salario que aduras penas alcanza para suplir las necesidades basicas  de estas personas.
tras mas de dos decadas de neoliberalismo, el discurso oficial  y de los capitalistas nacionales y extranjeros es que el aumento del salario no debe  superar la tasa de inflacion, y que aumentar por encima de las expectativas influirira en el desempleo y no permitiria generar mas puestos de trabajo, mentiras, es el mismo discurso de siempre, el quitarle a los trabajadores sus derechos e ingresos en los ultimos 25 años solo a generado mas pobreza y exclusion social asi como desempleo  e informalidad, pero tambien y esto hay que reconocerlo, aumentos abismal de las ganancias de los capitalistas,y con ello excesiva concentracion de la riqueza.
la injusticia entonces se señorea con los colombianos, las elites de poder reafirma  y perpetuan ese poder y la mayoria de la poblacion debe conformarse con sobrevivir  a trancasos, como se dice popularmente "tapando un hueco y destapando otro", pidiendo prestado a los "gota-a gota" ( prestamistas del mercado negro) haciendo trabajos "extras" y limitandose  de unas cosas para suplir otras.
y mientras congresistas, alcaldes, asambleistas consejales, asi  como ejecutivos del sector privado,  representantes de la "cultura" burguesa, presentadores de t.v, actores, modelos, periodistas entre otros  se echaran al bolsillos salarios superiores al los 25 a 60  millones de pesos mensuales, como una forma de "comprar" la lealtad de esta personas al regimen y disminuir  asi la posibilidad de que se llegasen a  generar  grandes manifestaciones y movilizaciones populares.
fue jesus de nazaret el que dijo, "porque el obrero es digno de su salario", lucas versiculo 10 capitulo 7,algo que para nada entienden, ni les importan a los capitalistas en el poder.

Histórico del salario mínimo en Colombia desde 1.990



Año        Salario mínimo      Auxilio de transporte


1990          41.025                  3.798


1991         51.720                   4.787


1992         65.190                   6.033


1993         81.510                   7.542


1994         98.700                   8.705


1995        118.1703                10.815


1996        142.125                  13.567


1997        172.005                  17.250


1998        203.825                 20.700


1999        236.438                 24.012


2000        260.100                 26.413


2001        286.000                 30.000


2002        309.000                 34.000


2003       332.000                  37.500


2004       358.000                  41.600


2005       381.500                  44.500


2006       408.000                  47.700


2007       433.700                  50.800


2008       461.500                  55.000


2009       496.900                  59.300


2010       515.000                  61.500


2011       532.500                  63.600

compartimos el siguiente articulo llegado via- email, para complementar esta informacion

    Lo que se oculta tras del salario mínimo



Carlos Tobar
 Diario del Huila
 Neiva, enero 4 de 2011


Si no tuviese el salario mínimo las connotaciones que tiene, la noticia de su aumento sería el chiste del año. Obviamente un chiste de humor negro, pero chiste. Sin embargo las implicaciones reales son muy tristes, como quiera que el salario mínimo sea el indicador de la remuneración de la fuerza de trabajo, y con él la capacidad de compra de los asalariados de los bienes y servicios para satisfacer sus necesidades y alcanzar sus aspiraciones. Comida, techo, vestuario, servicios públicos, educación, salud y por qué no esparcimiento, incluidas las indispensables vacaciones. Pero todo eso se va en esto: en ilusiones; porque con los magros ingresos de los más pobres, casi de sobrevivencia, lo único que tienen garantizado son la escasez y las carencias.
Por eso la pantomima de todos los años de la concertación entre empresarios y trabajadores, entre el capital y el trabajo, con la mediación del gobierno (?), no pasa de ser la burla institucional de los que poco o nada tienen. Una tramoya muy bien montada con la dirección y asesoría de los organismos internacionales, los fondos monetarios y los bancos mundiales, gendarmes por antonomasia de los sacrosantos e inviolables intereses del capital financiero.
Porque lo que se terminó imponiendo a lo largo del últimos 20 años de globalización capitalista, son las relaciones más desiguales y desventajosas en la historia de la contradicción entre el capital y el trabajo. Ya no solo se contentan los capitalistas parasitarios del mundo entero con retribuir en la cantidad más irrisoria posible a los trabajadores asalariados, -de los EE.UU. a Europa donde las sociedades del bienestar están desapareciendo; de Asia, América Latina o de Oceanía, expoliadas sin compasión desde la época colonial; para no hablar de los salarios de hambre de África, China o el sudeste asiático-, sino que aprovechándose del poder omnímodo adquirido a través de las normas y regulaciones, ampliamente favorables, que terminó imponiendo a todos los países de la tierra, no paga impuestos, se hace conceder todo tipo de gajes y ventajas, circula sin cortapisas a la sombra de la “libertad de comercio”, concentrando, de manera inapelable, la riqueza acumulada por el trabajo de todos los pueblos del mundo.
Esta carrera desenfrenada la lleva no solo exprimiendo hasta “la última gota de sudor” de los trabajadores asalariados, sino que depreda las riquezas naturales del planeta, poniendo en peligro la existencia de la especie humana sobre la Tierra. Recordemos no más el invierno que nos azota de manera inclemente.
La tapa de su cinismo y avaricia la estamos viendo en la solución a la crisis capitalista más reciente, la iniciada por la especulación desenfrenada de los grandes bancos norteamericanos hace menos de dos años. Ahora que producto de este comportamiento irresponsable algunos países del mundo desarrollado se han sumido en la crisis: Grecia, Irlanda, Portugal, España, Inglaterra…, quienes están pagando los descalabros son los trabajadores a quienes recortan pensiones, salarios, vacaciones, prestaciones sociales, salud, educación, etc.
En las desgracias de los trabajadores de los países desarrollados se reflejan nuestras propias desgracias. Ellos están pasando por lo que nosotros ya pasamos, y sabemos que no son la solución a los problemas de las mayorías. Estas apreciaciones, aún muy elementales, serán las que terminarán reconstruyendo la hermandad que nos dará la fuerza para volver al cauce natural el desarrollo de la sociedad.





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