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lunes, 26 de diciembre de 2016

#Colombia: Sí es posible el cambio de paradigma



Es crucial el opúsculo de Kant titulado “la paz perpetua”, que en la adaptación al contexto actual colombiano es la búsqueda de una negociación política que logre parar el conflicto armado y la degradación de la sociedad en el marco de una guerra prolongada.

Rubiel Vargas Quintero
El paradigma de una época imbuida en la violencia política, con la instauración de la violencia bipartidista como instrumento para la repartición del poder político por parte del bipartidismo con una ideología común: anticomunista, antisubversiva y la concepción del enemigo interno dentro de la Doctrina de la Seguridad Nacional, que redefinió el esquema “amigo-enemigo”.
El enemigo político es un enemigo público, no privado. Es un hostil, que puede amenazar la propia existencia. Según Karl Schmitt “el enemigo político es el enemigo real”, esto conduce a criminalizar al enemigo, y por lo tanto a su eliminación total. Esta perspectiva antagónica “enemigo – amigo” conlleva a la destrucción, al odio irracional, a generalizar una racionalidad criminal.
La aniquilación total del enemigo implica la propia desaparición de lo político, el exterminio de la oposición sin ningún criterio de reconocimiento de las causas del conflicto. El conflicto colombiano obedece a cuestiones políticas, económicas y sociales, determinadas por una concepción sobre el Estado, el poder, la apropiación excluyente de la riqueza, la concentración de la propiedad de la tierra, la falta de democracia, la persecución política y la exclusión social, entre otras.
El enemigo que se identificó primero se encontraba en las zonas agrarias y después se desplazó al sector urbano, que sirvió como argumento para la negación de una apertura democrática, de participación política y reafirmó la exclusión del otro frente a sus derechos reivindicatorios sociales y económicos.

La paz perpetua

En el pensamiento acerca del conflicto, la guerra y la paz, frente al conflicto armado en Colombia y su terminación, es crucial el opúsculo de Kant titulado “la paz perpetua”, que en la adaptación al contexto actual colombiano es la búsqueda de una negociación política que logre parar el conflicto armado y la degradación de la sociedad en el marco de una guerra prolongada. El filósofo propone un llamado a la razón para borrar por completo las causas existentes de una futura guerra posible, que es la razón quien toma las decisiones sobre una comunidad política que contraste el ánimo guerrerista de los hombres de estado.
En este marco, la paz es concebida como el fin de todas las hostilidades, es un imperativo moral que se impone por sí mismo ante la razón, bajo el imperativo categórico “no debe haber guerra”. Así, la razón condena la guerra como una situación infame de la humanidad y convierte la paz en un deber moral. Kant insiste: “Que un pueblo diga: no quiero que haya guerra entre nosotros; vamos a constituirnos en un Estado, es decir, a someternos todos a un poder supremo que legisle, gobierne y dirima en paz nuestras diferencias, es comprensible”. Que un pueblo diga esto, es una decisión política correcta en un estricto sentido ético.
La decisión que se asuma en el marco de los acuerdos de La Habana es una decisión ética, la disposición correcta que se tome es una práctica moral, es la única sabiduría práctica, según lo cual debemos obrar para la construcción de una sociedad éticamente viable. La prolongación de la guerra produce degradación en la sociedad que ha dejado más de 220.000 muertos, ocho millones de víctimas, seis millones 900 mil desplazados, 45 mil desaparecidos, el despojo de 4.2 millones de hectáreas a campesinos. Por fuera de las estadísticas se puede encontrar otro aspecto de la degradación de la sociedad, la ética social. Se necesita un nuevo sistema ético. Lo acordado en La Habana brinda la oportunidad histórica de salir de la barbarie que genera la guerra, de la muerte, masacres y nos permite reconstruir el país desde la democracia, la tolerancia, el respeto y la inclusión social.

Cambio de paradigma

El cambio de paradigma significa el cambio de la mentalidad o racionalidad criminal, de la racionalidad del odio y todo problema social que busca su resolución a través de la justicia de la venganza por uno más coherente. Probablemente el uso más común de un nuevo paradigma, implique el concepto de “cosmovisión de comunidades como conjunto de experiencias, de vivencias, de valores, su cultura en comunidad y su contexto histórico, formas de asumir el buen vivir, vida en armonía con la naturaleza, entendido como la plenitud de la vida en comunidad en relación con la naturaleza, es el bienestar en comunidad. El cambio de paradigma que marca un cambio que determina la forma organizativa de una sociedad y cómo interpreta su propia realidad.
Se sientan las bases para la trasformación del campo, que ha sido uno de los ejes fundamentales de los acuerdos de La Habana y se crean las bases de un bienestar y buen vivir para los campesinos, las relaciones campo-ciudad, y la erradicación de la pobreza.
Es la oportunidad para que el país propicie el surgimiento de unas nuevas élites políticas sin corrupción de la mafia política, un sistema político incluyente, la creación de nuevos partidos y movimientos políticos, de movimientos sociales aislados, que han sido excluidos, el retorno a una política social y democrática que desarrolle políticamente lo correcto, el bien común.
El sistema se ha basado en un ordenamiento de exclusión social, que tiene como principio la negación de oportunidades. La construcción del tejido social entendido como aquello que pertenece a una comunidad, con rasgos identitarios, con una misma cultura, con una misma tradición, con principios de solidaridad, con respeto a lo diverso. Son algunas transformaciones que el país necesita para generar una nueva mentalidad ética para la convivencia en comunidad.

lunes, 5 de diciembre de 2016

Daniel Santos: cantos de libertad para Puerto Rico



El 5 de febrero de 2016 se cumplieron cien años del nacimiento de Daniel Santos, el célebre cantante de agrupaciones como la Sonora Matancera y el Cuarteto Flores. El Jefe o El Inquieto Anacobero, como era conocido en los escenarios musicales de América Latina, gozó de un amplio reconocimiento, en especial desde la década de 1940, gracias a su potente voz y a su destreza para moverse en géneros musicales como el bolero y la guaracha. No obstante, existe un aspecto poco advertido de su vida, que no fue de menor valía: su militancia en el movimiento independentista de Puerto Rico y su simpatía por algunos procesos políticos y líderes revolucionarios de la región. Esto, que se reflejó a través de la música y el activismo político, merece ser resaltado, en el marco de la fecha que evoca su nacimiento.
Yo quisiera una bandera
Daniel Santos nació en San Juan en febrero de 1916, en el seno de un humilde hogar. Desde muy joven se vio abocado a trabajar en diversas labores, al tiempo que se dedicaba con inusitado interés al canto, lo que le valió para ser “descubierto” y tenido en cuenta en diversas agrupaciones menores. Con el paso del tiempo, y de la mano de la portentosa voz que lo acompañaba, recaló en conjuntos de reconocida importancia. El compositor Pedro Flores, resaltan algunos biógrafos, fue decisivo en la suerte de Daniel, no solo porque le dio la oportunidad de probarse como cantante en su agrupación a comienzos de los años cuarenta, sino porque puso parte de su repertorio musical (Despedida, Irresistible, Linda, entre muchas más) a su disposición. El culmen de la trayectoria musical de El Jefe fue su arribó en 1948, a la más importante orquesta del Caribe de la época: la Sonora Matancera.
A la par de la trayectoria musical, se gestó en el cantante boricua un profundo sentimiento nacionalista que se fundamentó en el reconocimiento de que su lugar de origen era una colonia de Estados Unidos, a la que se le negaba el derecho hasta de tener una bandera propia. Ese sentimiento generó en Daniel una actitud de rechazo a la presencia de la potencia del norte en los destinos de Puerto Rico, convirtiéndolo en un apasionado promotor de la independencia de la isla. Además, un hecho vivido de forma directa por él, fortaleció sus posturas independentistas: en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, fue alistado, al igual que muchos jóvenes nacidos en Puerto Rico, en las tropas de EEUU, y enviado a una guerra que le era ajena. 
A su regreso a Puerto Rico, Daniel Santos grabó junto a Pedro Ortiz Dávila un LP titulado Los Patriotas, con canciones que cuestionaban la injerencia de Estados Unidos en los asuntos de la isla, y que llamaban a los puertorriqueños a luchar por la independencia. De las doce canciones, seis son autoría de Daniel Santos: Soldados de la Patria, Mi Patria es mi Vida, Yankee Go Home, Protesto, Los Tres Mosqueteros, Mi Credo. En Soldados de la Patria el anhelo de la independencia de Puerto Rico es evidente:
Estas dos voces que están cantando, 
por todo el mundo piden la ayuda
para su lucha por libertad,
porque esta tierra no se regala 
y no se vende, ni se permuta,
jamás se presta y no se da.
La conciencia de la doblegación de Puerto Rico se expresó en Daniel Santos también en el activismo político. Como lo resalta Josean Ramos, uno de sus biógrafos, después de la Segunda Guerra Mundial, Daniel se convirtió en seguidor del Partido Nacionalista de Puerto Rico, fundado por el líder Pedro Albizu Campos. Desde entonces, el cantante no escondió su abierta militancia en la causa independentista, la cual continuó plasmando en sus composiciones musicales. En 1960 grabó en compañía de Mike Hernández un disco con canciones cuyas letras reflejaban su postura frente a la situación de Puerto Rico. Los temas, todos de su autoría, tienen los siguientes títulos: La masacre de Ponce, Yo quisiera una bandera, Ayúdame paisano, Himno y bandera, Pobre jibarito, Viva mi bandera, Liberación, Esto es mío, De Diego, Betances y Don Pedro, Gloria incompleta, Un paso adelante y El grito de Lares.
Además de canciones, Daniel Santos también fue autor de varios manifiestos políticos que alimentaron el ideario de un grupo clandestino fundado por él en 1972 con el nombre de “Patriotas Puertorriqueños”. Estos documentos, descubiertos recientemente, ponen de manifiesto que Daniel Santos fue, además de artista, un individuo con ideales políticos relacionados con la situación de Puerto Rico, postura que mantuvo hasta sus últimos días, y que siempre le acarreó problemas con el FBI, el Departamento de Estado de Estados Unidos y con el Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Puerto Rico.
Dale la mano a tu hermano
El anhelo independentista de Daniel Santos lo llevó a mirar con simpatía procesos revolucionarios que ocurrían en países de la región. Esto se plasma en múltiples canciones que compuso y cantó, por ejemplo, a favor del proceso cubano, contra la ocupación de Estados Unidos de República Dominicana en 1965 y a favor del proceso panameño de Omar Torrijos. Entre las canciones más destacadas figuran Sierra Maestra (que se convirtió en una especie de himno del Movimiento 26 de Julio de Cuba), Que me pongan en la lista (grabado con la orquesta del cubano Orestes Santos en 1960) y Si Fidel es comunista, en donde se cantan cosas como las siguientes: “Si las cosas de Fidel/ son cosas de comunistas/ que me pongan en la lista/ que estoy de acuerdo con él”. A propósito del triunfo cubano de 1959, Daniel Santos escribió Levanta Borinquén, donde le recuerda a sus compatriotas que allí tienen ellos un ejemplo para imitar: “No ruegues más Borinquen con palabras/ no ruegues más tu ansiada libertad/ levanta y glorifica tu bandera/ que el mundo está cansado de esperar/ Si Cuba con valor fue a la manigua, tú puedes irte al campo y el manglar/ Olvídate del dicho de la antigua/Que nada ya se saca con hablar”.
A raíz de la invasión de Estados Unidos a República Dominicana en 1965, Daniel compuso ¡Despierta, dominicano!, canción que generó profundos sentimientos de dignidad y movilizó el deseo de justicia en pobladores de la isla ocupada y de la región:
¡Despierta dominicano!; 
¡despierta, que amaneció! 
Dale la mano a tu hermano para que reine la unión; 
para que respeten tu bandera, 
para que respeten tu Nación.
También cantó Daniel Santos al proceso político que se abrió con la presencia del General Omar Torrijos en Panamá en 1968. Se recuerda que el cantante boricua compuso doce canciones bajo el título de “Revolución”, grabadas con la orquesta de la Guardia Nacional de Panamá en 1969. Las canciones se titulan La revolución, El campesino, Felicidad para todos, Su amigo el guardia, El abarrotero, El pescador, 11 de octubre, Chorrillo y marañón, El indio y la revolución, That old revolución, Inmaculado corazón y La noticia. También escribió una canción en honor a Camilo Torres Restrepo luego de su muerte ocurrida en 1966, y cuya letra dice: “Murió cual mueren los héroes que quieren a su patria de verdad y dan el todo por nada contra toda adversidad. Hombre de honor y coraje, roca de la lealtad, sufriendo sin inmutarse la injuria, la calumnia y la maldad”.
Como es apenas comprensible, las expresiones abiertas de nacionalismo y rechazo a la intromisión de Estados Unidos en la región, le acarrearon a Daniel Santos problemas. Se recuerda, por ejemplo, su expulsión de Costa Rica en 1960, en el marco de la VI Reunión de Consulta de los Ministros de Relaciones Exteriores de la Organización de Estados Americanos (OEA), cuando pretendió cantar en un acto de simpatía a la delegación cubana que se prestaba a participar en el evento. No obstante, ni este tipo de sanciones ni el sentirse expiado (como de hecho lo fue) por organismos de seguridad de Puerto Rico o Estados Unidos, hicieron que el cantante boricua renunciara a sus deseos de ver a su isla convertida en una nación independiente y con una propia bandera.

domingo, 27 de noviembre de 2016

VIEJO, MI QUERIDO VIEJO, MI QUERIDO FIDEL-2



VIEJO, MI QUERIDO VIEJO, MI QUERIDO FIDEL
Javier Lopez B
En: el que piensa gana
http://elquepiensagana.blogspot.com.co/2008/11/vviejo-mi-querido-viejo-mi-querido.html
Escrito el 23 de noviembre de 2008



Se frotan las manos los gusanos,( no solo los de Miami), y hacen cuentas alegres de la tan esperada fecha en que se anuncie el fallecimiento del compañero Fidel, ya me los imagino celebrando a lo grande, embriagándose con su propio veneno, revolcándose en su estercolero, a cada foto o video publicado en donde aparece Fidel recibiendo a algún ilustre visitante, se siguen en sus páginas web, en sus blogs, en sus numerosos medios de comunicación, los más insultantes comentarios, los cuales no vale la pena repetir aquí ( ni le vamos a hacer el favor de hacerlo), comentarios denigrantes y burlescos sobre la figura del comandante, olvidándose a lo mejor en que condiciones se pueden encontrar sus propios viejos, se olvidan que Fidel a sus ochenta y tantos años, conserva algo fundamental , valiosísimo, su claridad política y social, su mentalidad lucida, que aun pese a sus quebrantos de salud, continua aportando conceptos valiosísimos, que refleja la preocupación por el futuro de la humanidad, y demostrando que Fidel es Fidel. Pero además de ello, hay algo inocultable, Fidel es de esos hombres que nunca mueren y aun faltando físicamente, su legado, su lucha, sus aportes ideológicos permanecerán por siempre, su querida presencia, como la del che, nos acompañara siempre, siempre.

Pobres gusanos, podrán resistir eso?















domingo, 13 de noviembre de 2016

El #Neoliberalismo: “causante de la soledad y el desmoronamiento de la sociedad”

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Las epidemias de enfermedades mentales están aplastando las mentes y los cuerpos de millones de personas. Es hora de preguntarse… hacia dónde nos dirigimos y por qué?
Por George Monbiot columnista de “The Guardian” de Inglaterra
¿Qué mayor acusación a un sistema puede haber que una epidemia de enfermedades mentales? Sin embargo, las plagas de ansiedad, estrés, depresión, fobia social, trastornos de la alimentación, la auto-lesión y la soledad, ahora golpean a la gente en todo el mundo. Las últimas cifras de la salud mental de los niños en Inglaterra son catastróficas y reflejan una crisis global .
Hay un montón de razones secundarias por las cuales aparecen estas dificultades, pero me parece que la causa subyacente es la misma en todas partes: los seres humanos, esos mamíferos ultra-sociales, cuyos cerebros están diseñados para responder empaticamente a otras personas, se están aislando aparte. El cambio económico y tecnológico juegan un papel importante, pero también lo hace la ideología. Aunque nuestro bienestar está intrínsecamente ligada a la vida de otros, en todas partes se nos dice que vamos a prosperar a través del auto-interés competitivo y el individualismo extremo.
En Gran Bretaña, los hombres que han pasado toda su vida en cuadriláteros tales como – la escuela, la universidad, los bares, el parlamento – nos enseñan continuamente a como mantenernos de pie. El sistema educativo se vuelve más brutalmente competitiva cada año que pasa. El empleo es una lucha hasta el borde de la muerte contra una multitud de otras personas desesperadas, que van en busca de menos puestos de trabajo disponibles. Los supervisores de los pobres modernos atribuyen la culpa individual a las circunstancias económicas que se viven. Un sinfín de competencias por televisión alimentan, imposibles aspiraciones de contratos que ofrezcan una oportunidad real.
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El Consumismo llena el vacío social. Pero lejos de curar la enfermedad del aislamiento, se intensifica la comparación social hasta el punto en el que, después de haber consumido todo lo demás, empezamos a hacer presa en nosotros mismos. Los medios sociales nos une y que nos separa, lo que nos permite cuantificar con precisión a nuestra posición social, y para ver que otras personas tienen más amigos y seguidores que nosotros.
Como Rhiannon Lucy Cosslett ha documentado de manera brillante, las niñas y las mujeres jóvenes rutinariamente alteran las fotos que publican para verse más suave y más delgado. Algunos teléfonos, utilizando sus ajustes de “belleza”, lo hacen por usted sin pedir; ahora uno puede convertirse en su propia inspiración de belleza. Bienvenidos a la distopía post-hobbesiana: una guerra de todos contra sí mismos.
No es de extrañar, en estos mundos internos solitarios, en los que tocar ha sido sustituido por el retoque, que las mujeres jóvenes se están ahogando en la angustia mental? Una encuesta reciente en Inglaterra sugiere que una de cada cuatro mujeres de entre 16 y 24 años se han perjudicado a sí mismos, y uno de cada ocho ahora sufren de trastorno de estrés post-traumático. Ansiedad, depresión, fobias o trastorno obsesivo compulsivo afecta a 26% de las mujeres en este grupo de edad. Esto es lo que mas se parece a una crisis de salud pública.
Si la ruptura social no se trata tan seriamente como a un miembro roto, es porque no podemos verlo. Pero los neurocientíficos pueden. Una serie de trabajos fascinantes sugieren que el dolor social y dolor físico son procesados por los mismos circuitos neuronales. Esto podría explicar por qué, en muchos idiomas, es difícil de describir el impacto de la ruptura de enlaces sociales sin las palabras que utilizamos para denotar el dolor y lesiones físicas. En los seres humanos y otros mamíferos sociales, el contacto social reduce el dolor físico. Es por esto que nos abrazamos a nuestros hijos cuando hacen daño a sí mismos: el afecto es un poderoso analgésico. Los opioides alivian tanto el dolor físico como la angustia de la separación. Tal vez esto explica la relación entre el aislamiento social y la adicción a las drogas.
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Los experimentos se resumen en la revista Fisiología y Comportamiento (the journal Physiology & Behaviour)del mes pasado Y sugieren que, Al darle una elección de dolor físico o aislamientoa mamiferos, Los mamíferos sociales elegirán primero el astigo fisico. Los monos capuchinos sometidos a inanición, privadolos de alimentos o privandolos del contacto con otros monos durante 22 horas, prefieren volver a unirse a sus compañeros antes de comer. Los niños que sufren negligencia emocional, de acuerdo con algunos hallazgos, sufren peores consecuencias para la salud mental que aquellos niños que sufren junto a la negligencia emocional tambien abuso físico. Aunque parezca odioso, la violencia fisica implica la atención y el contacto. La auto-lesión se utiliza a menudo como un intento de aliviar la angustia: este es otro indicio de que el dolor físico no es tan malo como el dolor emocional. A tal medida que el sistema penitenciario sabe muy bien, que una de las formas más eficaces de la tortura es la incomunicación.
No es difícil ver cuáles podrían ser las razones evolutivas para el dolor social. La supervivencia de los mamíferos sociales es mucho mayor cuando están fuertemente unidos con el resto de la manada. Se trata de los animales aislados y marginados que son más susceptibles de ser interceptado por los depredadores, o morir de hambre. Al igual que el dolor físico que nos protege de daño físico, dolor emocional nos protege de lesiones social. Que nos impulsa a volver a conectar. Sin embargo, muchas personas encuentran esto casi imposible de hacer.
No es sorprendente que el aislamiento social está fuertemente asociado con la depresión, el suicidio, la ansiedad, el insomnio, el miedo y la percepción de amenaza. Es más sorprendente descubrir la gama de enfermedades físicas que causa o exacerba, enfermedades tales como La demencia, la presión arterial alta, enfermedades del corazón, accidentes cerebro-vasculares, disminuye la resistencia a los virus, incluso los accidentes son más comunes entre las personas crónicamente solitarias. La soledad tiene un impacto comparable sobre la salud física a fumar 15 cigarrillos al día: parece aumentar el riesgo de muerte prematura en un 26%. Esto es en parte debido a que aumenta la producción de la hormona del estrés cortisol, que suprime el sistema inmunológico.
Los estudios en animales y en humanos sugieren una razón para la comodidad de comer: el aislamiento reduce control de los impulsos, lo que lleva a la obesidad. Como las personas que están en la parte inferior de la escala socioeconómica son los más propensos a sufrir de soledad, podría proporcionar esta una de las explicaciones para el fuerte vínculo entre el bajo nivel económico y la obesidad?
Cualquiera puede ver en todos estos síntomas y enfermedades cosas más importantes, que el hecho de preocuparse por que algunas cosas han ido mal. Así que ¿por qué estamos participando en este mundo de auto-fagotización de consumo con un frenesí de destrucción del medio ambiente y la dislocación social, si lo único que todo esto produce es el dolor insoportable? Acaso no debería estar pregunta quemarle los labios, a cuanta persona este involucrada en la vida pública?
EL DESPROPÓSITO MEDIÁTICO DEL RÉGIMEN COLOMBIANO CUÁL ES EL VALOR DE LA SOBERANIA DEL PUEBLO AL INTERIOR DE LA DEMOCRACIA COLOMBIANA?...
Hay algunas maravillosas organizaciones benéficas haciendo lo que pueden para luchar contra esta enorme marea, estare trabajando con algunas de ellas como parte de mi proyecto personal de soledad. Pero por cada persona a la cual estas organizaciones llegan, hay muchas otras que yan han sido barridas al pasado.
Esto sin lugar a duda no requiere una respuesta política. Se requiere algo mucho más grande: se requiere la revalorización de toda una visión del mundo. De todas las fantasías que entretienen a los seres humanos , la idea de que podemos hacerlo solo es la más absurda y tal vez la más peligrosa. o nos juntamos o caeremos destruidos en pedazos.
tomado de: http://www.proyecto33.com/el-neoliberalismo-causante-de-la-soledad-y-el-desmoronamiento-a-la-sociedad/

jueves, 8 de septiembre de 2016

#Colombia: Es tiempo de vivir éticamente



"En la educación y en la formación colombiana se derogó el estudio de las ciencias humanas, implementándose el estudio de la ciencia y la técnica, descuidando inmensamente la ética".

Rubiel Vargas Quintero
De las mentiras del uribismo tales como: “al no haber cárcel para los exguerrilleros, se priva a las víctimas de la mayor reparación: el derecho a la no repetición de la violencia. Que se está entregando el país a la guerrilla”.
“El gobierno ha aceptado que el secuestro y el narcoterrorismo queden impunes al considerarlos conexos al delito político. Es un proceso de intercambio de impunidades. El país va hacia el castro-chavismo”. Verdades a medias. El gran enemigo de la verdad son las mentiras planificadas, que fue la táctica utilizada por la propaganda fascista, (Joseph Goebbels), que comienza ganando adeptos en un sector de la sociedad colombiana que la acepta como verdades absolutas. Es una sociedad injusta que acepta esas injusticias.

Oportunidad

La ética se ha convertido en una oportunidad práctica para la sociedad colombiana. Es tiempo de una transición entre la actividad social alienada producto de unas necesidades y deseos que no corresponden con la realidad, que se desarrolló sobre unos principios éticos basados en el “fin justifica los medios”, buscando lo fácil antes que las dificultades, se centra en el individuo escrupuloso y el retorno a las virtudes y principios sociales para lograr el bien común, que se centra en la comunidad, que se han perdido por la prolongación de la guerra.
En la educación y en la formación colombiana se derogó el estudio de las ciencias humanas, implementándose el estudio de la ciencia y la técnica, descuidando inmensamente la ética. Esto ha permitido que la alteración de la realidad (chisme), el odio, la envidia, el facilismo hagan parte de la cultura que predomina en la sociedad colombiana. Es ahí donde se encuentra el caldo de cultivo de la extrema derecha para implementar su política del odio.
Estos elementos los saben utilizar muy bien los enemigos de los acuerdos de La Habana. La identificación de la verdad es a partir del héroe, con el ideal falso de una conducta social. De la voluntad y de la razón. La sociedad está dotada de la capacidad de juzgar y razonar, es decir de distinguir lo verdadero de lo falso. Es una potencia de juzgar bien y distinguir lo falso de lo verdadero. Hay quienes se tragan esa verdad sin ningún ánimo mínimo de resistencia.
Las consignas de la paz con impunidad, hacen referencia al pensamiento en términos de venganza, son producto de un pensamiento que busca implementar el concepto de justicia de los vencedores, del sometimiento, del odio, del rencor de la retaliación, de una venganza con alto contenido destructivo en lugar de brindar posibilidades para democratizar el país.
Los perpetradores de la violencia política en Colombia, hoy se sienten víctimas y se sienten los buenos. Es una combinación de buenos y malos que hace parte de su condición humana, la justicia en relación con la cárcel para los malos. Retorno a las virtudes y las emociones morales. Reconciliación con realismo, el afán de la venganza es una ruptura con la realidad. El resentimiento y la venganza no tienen en sí mismos una potencia creadora, transformadora.
En todo conflicto existe algo constitutivo de lo ético, virtudes, buscar con el diálogo formas de tramitar los conflictos. En toda dificultad existen posibilidades de oportunidad de cambio, en todo conflicto coexiste una oportunidad potenciadora que se expresa en una sociedad preparada para la paz, para la democracia. La paz no es la abolición de los conflictos, es una potenciación de una sociedad más justa. Son aplicaciones éticas para convertirlo en una oportunidad.
La paz abre muchos escenarios en la democratización de la sociedad, buscar la ética del conflicto es un punto de partida para cambios y progresos de la sociedad. La ética del odio es un sustituto en la falsa conciencia. Apropiarnos de la ética, la ética se forma en la voluntad de dirigir la vida en función de unos principios democráticos. Voluntad de cambio, de trasformación, voluntad de mejorar la sociedad donde tramita sus conflictos de una manera más democrática.
La exigencia hacia la mayoría de edad parece comprensible de suyo en una democracia. En un breve ensayo de Kant, que lleva como título ¿Qué es la ilustración? Allí define él la minoría de edad en la medida en que afirma que de esta minoría es culpable el hombre mismo cuando las causas de ella no radican en una deficiencia del entendimiento sino de la decisión y el valor de servirse de él sin la dirección de otro. La democracia descansa en la formación de la voluntad de cada uno tal y como se resume en la institución de la elección representativa.

La democracia presupone la mayoría de edad, y esta radica en la autonomía que se manifiesta en servirse del entendimiento propio sin la dirección de otro. Es poder razonar, expresar e intercambiar libremente sus opiniones y objetivarlas en la sociedad. La autonomía no se conquista en relación con la autoridad, es un proceso largo y tedioso para lograr la separación, la disolución de esa autoridad.

domingo, 4 de septiembre de 2016

Neoliberalismo, violencia y explotación





Por: Gerardo Esteban Vargas*
En su obra “Breve historia del neoliberalismo”, David Harvey, describe la genealogía del neoliberalismo como un modelo de imposición ideológica de una minoría oligárquica de privilegios políticos, sociales y económicos.
Harvey deduce que no se trata de una adaptación natural, ni mucho menos basada en ética o moral, ni de una respuesta técnicamente neutra a las dificultades experimentadas por las economías occidentales y por las estrategias de desarrollo del Sur global tras la crisis de la década de 1970. El neoliberalismo fue una contundente y articulada respuesta política concebida por las clases dominantes globales para disciplinar y restaurar los parámetros de explotación considerados «razonables» tras la onda de luchas que recorrieron el planeta tras la Segunda Guerra Mundial. De acuerdo con el análisis efectuado por Harvey, el objetivo del neoliberalismo era modificar el equilibrio político y la relación de fuerzas existente en el conjunto de la economía-mundo capitalista recurriendo para ello a todo el arsenal de la violencia económica, estatal y militar.

La estrategia neoliberal somete a todas las relaciones sociales para que sean gobernadas por la violencia de clase. La violencia de los mercados debe conjugarse con la violencia política, militar, ideológica y estatal si las transformaciones nacionales y globales han de encontrar una misma unidad de proyecto y de diseño estratégico. Lejos de debilitar el Estado, la estrategia neoliberal supone, pues, una reinvención de su violencia estructural para modificar en beneficio de las clases dominantes los parámetros de convivencia social y de dominación política.
Los conflictos y el aumento del hambre
El neoliberalismo ha utilizado la violencia como medio de dominio, y ha logrado en los últimos tiempos engendrar conflictos prolongados1, los cuales han afectado directamente a más de 17 países y han llevado a millones de personas a una grave situación de inseguridad alimentaria , obstaculizando así los esfuerzos mundiales para erradicar la malnutrición.
Lo anterior indica que los conflictos han empujado a más de 56 millones de personas a niveles de “crisis” o “emergencia” de inseguridad alimentaria, y en los países que emergen de largos períodos de conflictos civiles, como los de la República Centroafricana y Colombia, millones de personas se enfrentan todavía a niveles elevados de inseguridad alimentaria.
El Director General de la FAO, José Graziano da Silva y la Directora Ejecutiva del PMA, Programa Mundial de Alimentos, Ertharin Cousin, afirman que “los conflictos son una de las principales causas del hambre: cada hambruna en la era moderna se ha caracterizado por un conflicto”, poniendo de relieve cómo el hambre alimenta la violencia e impulsa una mayor inestabilidad.
“Hacer frente al hambre puede ser una contribución importante a la consolidación de la paz”, argumentan, y aseguran que: “la Agenda 2030 reconoce la paz como una condición de valor umbral vital para el desarrollo, así como un resultado del desarrollo por derecho propio”.

La alternativa al neoliberalismo se llama “conciencia”
El escritor José de Sousa Saramago2 anotaba que hay algo que debe preocuparnos enormemente, “lo que se está preparando en el planeta, es sencillamente un mundo para los ricos y los poderosos. Debemos percatarnos que cada vez más, nuestra sociedad está orientada al disfrute y al beneficio de los ricos y de los influyentes, y en ese contexto, los pobres son los olvidados o rezagados de siempre”.
Además decía que como respuesta hay que tener conciencia argumentando que “esto es en lo que debemos formarnos todos los días, en la reflexión, en el debate, en el análisis, en la profundización de las circunstancias, en las propuestas novedosas y sugerentes. Conciencia respecto de que todos somos seres humanos. Conciencia respecto de que todo lo que está en el mundo nos pertenece, como responsabilidad, como derecho a saber, como derecho a intervenir, como derecho a modificar en sustancia y en operatividad”.
Por lo tanto, la conciencia se refuerza y se profundiza en el trabajo, en la acción, en el debate, en el intercambio de ideas, en la reflexión participativa. Necesitamos comprender y entender el mundo en el que estamos viviendo, y también necesitamos comprender y entender cómo podemos intervenir en la sociedad para cambiar a mejor el presente estado de cosas.

* Economista Investigador del Centro de Estudios e Investigaciones Sociales (CEIS).
1 http://www.fao.org/news/story/es/item/427432/icode (Consultado el 3 de agosto de 2016).
2 José de Sousa Saramago, escritor, novelista, poeta, periodista y dramaturgo portugués. En 1998 se le otorgó el Premio Nobel de Literatura. 

jueves, 1 de septiembre de 2016

#Colombia: El proceso de proletarización se profundiza



El trabajo político hay que concentrarlo en los sectores intensivos en la explotación del trabajo ajeno como la industria minera y extractivista; pero también en los sectores intensivos en la explotación del trabajo ajeno a partir del uso intensivo de la ciencia, la técnica y la tecnología.

Nelson Fajardo
Colombia es un país habitado por 47’662.000 personas, según el DANE. De esa masa poblacional, 36’100.000 personas hacen parte de la población en edad de trabajar (PET), el 76% del total poblacional. La población económicamente activa es de 21’161.000 personas y corresponden, por definición, al número de personas que conforman la fuerza laboral del país; pero la cuestión se complica, por cuanto la ocupación entra en escena, y está contenida en la PET. Esto significa que los 21,2 millones de la PEA corresponden al 44,4% de la población total y 58,6% de la PET.
Según el mismo DANE, los ocupados son “las personas que durante un periodo en referencia se encontraban trabajando, por lo menos una hora remunerada, los que tenían trabajo durante la misma semana y los trabajadores familiares sin remuneración que trabajaron en la misma semana, por lo menos una hora”1. En este sentido, encontramos que el 35,9% de la PET estaba inactiva: 16’883.397 personas no tienen nada que hacer o son inactivos. La ocupación en 2016 tuvo una tasa de desocupación del 3,9% sobre la PET y 4,2% sobre la PEA; esto es 1’407.000 y 1’516.00 personas, respectivamente.

Análisis de la situación

Si nos guiamos por la Encuesta de Población Activa, primer trimestre de 2015, se informa que la situación arroja un total de ocupados de 17’454.800 personas. Y el total de asalariados a término indefinido hacen el 24,1% de la PEA o 4’206.414 personas que, sumados a los asalariados a término fijo, son 10’856.388 asalariados, o 62,2% de la Población Ocupada (PO); nos da 15’062.802 personas asalariadas. Crece, entonces, la población que vive del salario, y hace un 72% de la PEA. El resto, 6’098.198 personas que, sin trabajar, son económicamente activos.
La población en edad de trabajar es muy alta todavía, proporciona fuerza de trabajo joven y genera una sobreoferta que el capital absorbe difícilmente. En segundo lugar, de esa población en edad de trabajar, son económicamente activos el 58,6% y se produce un “excedente” de 14’939.000 personas, el 41,4% restante de esa población en edad de trabajar.
En tercer lugar, tener una población inactiva del 58,6% de la población en edad de trabajar no es nada favorable al progreso de la nación, pues son 21,2 millones de colombianos inactivos. Y un cuarto aspecto es poder señalar que el “mercado” de la fuerza de trabajo se ha proletarizado fuertemente y, al unir trabajo asalariado, 15’062.802 personas asalariadas, con trabajo desasalariado 6’138.000 personas, nos da la población económicamente activa (PEA).


Ahora, la distribución de la PEA por su pertenencia a un sector económico determinado entrega los siguientes resultados:

A pesar del crecimiento del “estrato” tres, por acción de los giros del exterior, el lavado de dólares y los ritmos moderados de mayor valor agregado en el PIB nacional entre los 80 y los 90, que generó empleo y elevó la capacidad acumulativa del país; la industria manufacturera, incluida la cruel desindustrialización neoliberal, porta unos porcentajes de participación en empleo altos, pero compite con los servicios, con el porcentaje más elevado (28,6), y, seguida del Comercio, restaurantes y hoteles (25,5), para ubicarse en el tercer puesto con el 23,2%. Estos son los sectores de punta en la absorción de fuerza de trabajo.
Sigue una franja intermedia que participa, oscilando entre 1,2% y 7,5%; en orden ascendente son: el sector agropecuario (1,2), la construcción (6,5), transporte y comunicaciones (6,4) y establecimientos financieros (7,5). Y en rango más bajo están minas y canteras (0,4) y Electricidad, Agua y Gas (0,6)

¿Por qué crece el proletariado?

Somos 15’062.802 personas asalariadas, que sumadas con el trabajo desasalariado, 6’138.000 personas, nos da la población económicamente activa (PEA). Es una población que hizo crecer el proletariado a 21,6 millones sobre todo por el crecimiento en sectores como los clasificados en el cuadro.
Son sectores que consideramos de confianza, porque sus actuaciones iniciales presionan para elevar la productividad. Ya Marx planteaba que, “en la manufactura, el enriquecimiento de la fuerza productiva social del obrero colectivo, y por tanto del capital, se halla condicionada por el empobrecimiento del obrero en sus fuerzas productivas individuales”2. Esos 21,2 millones de asalariados y desasalariados que tenemos en Colombia están obligados por el capital a trabajar arduas horas en jornada, pues es una mercancía, como cualquier otra, pero que llena dos requisitos para poder obtener el valor de la venta al capital de su fuerza de trabajo, ellos son, no ser propietario de medios de producción y ser libre jurídicamente, para vender su fuerza de trabajo.
Esos son 15’062.802 personas asalariadas, que ahora se complementan con el trabajo de unos desasalariados, 6’138.000 personas, que son propietarios privados de medios de trabajo sustanciales, pero no importantes para el capital. Su libertad jurídica para hacer negocios es abierta, pero su libertad está condicionada por la intensidad de la enajenación en la que incurre el obrero para solventar sus necesidades.
En Colombia construir ese obrero colectivo es difícil, por cuanto es una fuerza de trabajo hoy inexperta y con ganas de retornar al campo, pero es imposible. Hablamos de los seis millones de colombianos desplazados y desarraigados de su condición de campesinos. Estos son los que se ubican en los renglones más bajos de trabajo en la urbe, por ejemplo minas y canteras, donde el puesto genera un salario muy bajo y están sometidos a riesgos altos.
Lo mismo sucede con el oficio de plomero, carpintero, técnico o tecnólogo, los ingenieros en sus diversas disciplinas y modalidades; sin olvidar el sector de mayor densidad proletaria, los profesionales de los servicios. Su problema es que la enajenación y subsunción al capital les permite acercarse a la condición de “estrato” tres.
El trabajo político y revolucionario hay que concentrarlo, entonces, en los sectores intensivos en la explotación del trabajo ajeno como los de menos participación en la población ocupada (industria minera y extractivista); pero también en los sectores intensivos en la explotación del trabajo ajeno a partir del uso intensivo de la ciencia, la técnica y la tecnología.


miércoles, 31 de agosto de 2016

#Colombia: Yira Castro, mujer de mil batallas




"Sus posturas en defensa de los principios de las mujeres y de la sociedad, por la construcción de un país socialista, la hicieron merecedora de la cárcel, el destierro, la clandestinidad, pero también le afianzaron el arrojo para ser una mujer gigante en el combate".

Ana Elsa Rojas Rey
Sus ojos grandes de mirada tierna, de sonrisa brillante y cristalina, como las aguas del manantial, de donde se puede beber para calmar la sed. Así era Yira Castro un ser fascínate, era una fuente inagotable de sabiduría y esperanza. Sus principios inquebrantables la hicieron merecedora del respeto de algunos los sectores políticos, incluso de la derecha, que ejercía el dominio en el país. Yira Castro es y será, la mujer de mil batallas.
Después de terminar su estudios, ingresó muy joven a la Juventud Comunista, fue responsable de la Unión Internacional de Estudiantes, Fundadora del Círculo de Periodistas de Bogotá, integrante de la Unión de Mujeres Demócratas de Colombia, concejala del Distrito Capital por la Unión Nacional de Oposición, integrante del Comité Central del PCC, estuvo como educadora popular en el CEIS, escritora, ferviente colaboradora del Semanario Voz Proletaria, desde donde hacía las denuncias de las mafias en ese entonces del cocinol, aquel combustible de los pobres, y de la vivienda, se destacó en la defensa del histórico barrio Policarpa Salavarrieta, ubicado en el centro de Bogotá, atacado ferozmente por la policía el 8 de abril de 1966, hechos estos que se conocieron como “Viernes Santo Sangriento”.
Lo que más le indignaba era la inequidad de la sociedad colombiana y la hipocresía de la burguesía, confrontó con fuerza y ahínco, la política demagógica de Alfonso López Michelsen, en el foro de la mujer colombiana, citado por López, ella dijo:
“Los políticos burgueses, renuevan sobre todo en épocas electorales, sus farragosas y vacuas disquisiciones, encaminadas a adular a la mujer, y atraerlas con ofrecimientos de cargos burocráticos. Tienen razón en tratar de atraer el electorado femenino. Las mujeres representan el 53% de la población colombiana y si esa gran fuerza se expresara políticamente con objetivos de avanzada, si se resolvieran a ponerse en marcha, muy distinta seria hoy la situación de nuestro país” (Lucha de masas y presencia femenina P.86 D.P).
Estas posturas, en defensa de los principios de las mujeres y de la sociedad, por la construcción de un país socialista, la hicieron merecedora de la cárcel, el destierro, la clandestinidad, pero también le afianzaron el arrojo para ser una mujer gigante en el combate y así conseguir la libertad de las mujeres oprimidas por el régimen burgués.
Yira enfermó y viajó a La Habana y Moscú para ser tratada. El Primero de Mayo de 1981, en un hospital de Moscú, desde su lecho de enferma, pronunció un elocuente discurso, en el que presagiaba, que la lucha en Colombia no iba a ser eterna y algún día, más temprano que tarde, los odios tendrían que ser cosa del pasado, porque así como el pueblo soviético había derrotado el fascismo, también el pueblo colombiano arrinconaría a la burguesía, para allanar el camino hacia una apertura democrática. Un mes después llamó a su compañero Manuel Cepeda, le dijo que por favor fuera por ella, que quería morir en su patria, junto a su hija e hijo, que era lo que más amaba, al igual que a su pueblo. Falleció en Bogotá el 9 de julio de 1981.
En ocasión del 86 aniversario del Partido Comunista Colombiano, el Departamento Nacional de Mujeres, y amigas, desde el cementerio, donde reposan sus restos rinden, un amoroso homenaje en el aniversario de su muerte. Saluda con igual cariño a Iván y María Cepeda Castro quienes, continúan al frente reivindicando la lucha de sus padres.

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