Sobre la realidad de Bahrein la prensa imperialista ha tendido un manto de silencio en el intento por ocultar la dimensión de las continuas protestas populareshttp://trabajadores.cu/news/20120506/259418-bahrein-la-rebelion-oculta la rebelión oculta |
Los Gobiernos de países occidentales y sus medios de prensa, Naciones Unidas y la Liga de Estados Árabes se han cuidado no solo de no incluir a Bahrein en lo que han dado por llamar “la primavera árabe”, sino también de mostrar la realidad y las causas de los acontecimientos que desde el pasado año convulsionan a la nación más pequeña del Golfo Pérsico.
En las últimas semanas la confrontación entre el régimen monárquico y sus opositores ha llevado a la extrema violencia debido a la represión ejercida por los cuerpos de seguridad contra la mayoritaria comunidad chiíta y otros sectores de la población, que ha dejado cerca de unas 60 víctimas mortales.
Similar a una reacción en cadena tras las manifestaciones antigubernamentales en Túnez y Egipto, miles de manifestantes se lanzaron a la calle en Manama, la capital de Bahrein, en febrero y marzo del 2011, y se concentraron en la plaza La Perla, en demanda de reformas democráticas, cambios políticos, respeto a los derechos humanos, cese de la discriminación a los ciudadanos de confesión islámica chiíta, y una disminución del poder de la dinastía encabezada desde 1999 por el rey Hamad bin Isa Ali al-Jalifa, que ejerce un control totalitario de los resortes de Gobierno.
Con el apoyo de unidades de los ejércitos de Arabia Saudita y Emiratos Árabes, la Guardia Nacional logró entonces sofocar las airadas protestas y aunque arrasó la Plaza, esta se convirtió en símbolo del levantamiento popular.
Al conmemorarse el primer aniversario del inicio de las revueltas contra la autoridad hereditaria de la familia Al -Jalifa, las manifestaciones volvieron a tener lugar, pero fueron de nuevo reprimidas con el apoyo militar foráneo, según denuncias de medios de prensa alternativos y las redes sociales.
En cuanto a las medidas de fuerza empleadas contra los manifestantes, fuentes de la oposición chiíta, encabezada por el partido El-Wefaq, afirmaron que numerosos tanques y carros militares sauditas cruzaron la carretera Rey Fahd, que conecta al reino wahabita con Bahrein, para asistir a la Guardia Nacional en sus propósitos de acallar las reiteradas demandas de profundas transformaciones democráticas, aún insatisfechas por el reino sunita.
A pesar de que el Gobierno bahreiní ha asegurado estar cumpliendo sus compromisos de introducir reformas políticas y frenar la violencia policial, grupos chiítas, satanizados como proiraníes, afirman que las autoridades no hacen lo suficiente y sustentaron la movilización conmemorativa, en el justo reclamo del fin de la monarquía absoluta amparada por Estados Unidos, la Unión Europea y la Liga Árabe.
Algunas de las consignas enarboladas por los manifestantes instaban al Gobierno del presidente Barack Obama —que utiliza a Bahrein como base para su Quinta Flota en el Golfo Pérsico— a condenar la represión monárquica, en lugar de aplicar la política de doble rasero como en Libia, Siria e Irán.
La comunidad chiíta afirma que recibe un trato inferior en empleo, vivienda e infraestructura, en comparación a la minoría del grupo sunita que detenta el Gobierno del país, y que los musulmanes chiítas están impedidos de ejercer cargos de relevancia política y militar, lo que representa un tratamiento discriminatorio.
La oposición de confesión chiíta exige la puesta en práctica de una verdadera monarquía constitucional, ya que con la actual el Parlamento y el Gobierno están controlados por el monarca.
En medio de esta convulsa situación, el destacado activista bahreiní Abdulhadi al Jawaja, presidente del Comité de Defensa de los Derechos Humanos, permanece desde hace dos meses en huelga de hambre, iniciada para protestar por la sentencia adoptada por un tribunal militar que lo condenó a cadena perpetua por sus actividades políticas, sin permitírsele contacto con sus familiares y su abogado.
Como respuesta a las presiones populares que demandan su excarcelación, el Ministerio del Interior se ha limitado a comunicar que “Al Jawaja se encuentra bien y recibe adecuado tratamiento hospitalario”.
Lo cierto es que sobre la realidad de Bahrein la prensa imperialista ha tendido un manto de silencio en el intento por ocultar la dimensión de las continuas protestas populares.
Khadija al-Mousawi y su hija Zainab muestran las fotos de su marido y padre respectivamente, Abdulhadi Al-Khawaja © APGraphicsBank |
La cara oculta de Bahréin
Hola javier
Hace poco más de un mes que el lujo de la Fórmula 1 abandonó Bahréin. Desde entonces, el país ha dejado de estar presente en los medios de comunicación. Sin embargo, mientras el Gobierno trata de proyectar una imagen moderna de cara al exterior, su gente convive con una realidad muy distinta, donde la represión y los abusos a los derechos humanos son el pan de cada día.
Abdulhadi Al-Khawaja es uno de los 14 activistas encarcelados en Bahréin por manifestarse en favor de reformas y libertades. Fue detenido en abril de 2011, torturado bajo custodia y condenado a cadena perpetua por un tribunal militar, en un juicio manifiestamente injusto.
Abdulhadi lleva casi tres meses en huelga de hambre y su estado de salud es crítico. Tras pasar varios días sin que su familia tuviera noticias suyas, finalmente pudo pasar con ellos una hora el 29 de abril. Les contó que había sido alimentado a la fuerza por medio de un tubo que iba de la nariz al estómago. Ya le han retirado esta sonda y toma zumos voluntariamente y nutrientes por vía intravenosa. Aunque ha solicitado varias veces ver a su abogado, lleva semanas sin poder comunicarse con él. Además, la vista de apelación prevista para el 8 de mayo ha sido aplazada al día 21 del mismo mes.
Estos aplazamientos no hacen sino aumentar el riesgo para la vida de Al-Khawaja, quien, al igual que el resto de personas detenidas por el ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión y reunión, debe ser puesto en libertad de manera inmediata e incondicional.
No permitas que las autoridades sigan jugando con la vida de Abdulhadi.
Tú puedes parar esto. Por favor ayúdale. Ahora.
Firma nuestra petición y, si puedes, únete a nosotros.
Un abrazo,
Esteban Beltrán
Director - Amnistía Internacional
Hace poco más de un mes que el lujo de la Fórmula 1 abandonó Bahréin. Desde entonces, el país ha dejado de estar presente en los medios de comunicación. Sin embargo, mientras el Gobierno trata de proyectar una imagen moderna de cara al exterior, su gente convive con una realidad muy distinta, donde la represión y los abusos a los derechos humanos son el pan de cada día.
Abdulhadi Al-Khawaja es uno de los 14 activistas encarcelados en Bahréin por manifestarse en favor de reformas y libertades. Fue detenido en abril de 2011, torturado bajo custodia y condenado a cadena perpetua por un tribunal militar, en un juicio manifiestamente injusto.
Abdulhadi lleva casi tres meses en huelga de hambre y su estado de salud es crítico. Tras pasar varios días sin que su familia tuviera noticias suyas, finalmente pudo pasar con ellos una hora el 29 de abril. Les contó que había sido alimentado a la fuerza por medio de un tubo que iba de la nariz al estómago. Ya le han retirado esta sonda y toma zumos voluntariamente y nutrientes por vía intravenosa. Aunque ha solicitado varias veces ver a su abogado, lleva semanas sin poder comunicarse con él. Además, la vista de apelación prevista para el 8 de mayo ha sido aplazada al día 21 del mismo mes.
Estos aplazamientos no hacen sino aumentar el riesgo para la vida de Al-Khawaja, quien, al igual que el resto de personas detenidas por el ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión y reunión, debe ser puesto en libertad de manera inmediata e incondicional.
No permitas que las autoridades sigan jugando con la vida de Abdulhadi.
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Un abrazo,
Esteban Beltrán
Director - Amnistía Internacional
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