Ante esta ignominia repudiamos la masacre de estos ocho (8) compañeros mineros y nos solidarizamos con la comunidad y sus familia que viven los rigores de la Seguridad Democrática del fascista Álvaro Uribe Vélez.
EDWARD A. VILLEGAS C. Original Firmado.
OTRA MASACRE MINERA EN EL CAUCA
Compañeros y compañeras en el día MIERCOLES 7 de abril 7/2010 - ocurrió un nuevo y atroz crimen en la población de Suarez ubicada en el nor occidente del departamento del cauca, una región rica en minerales preciosos codiciados por las multinacionales como Anglogold Ashanti, Cosigo Resources, un paraíso paisajístico para la inversión de Smurfit Kappa - Cartón de Colombia y una despensa de energía para la Unión Fenosa hoy Colinversiones del grupo GEA.
Como pueden ver es una zona estratégica para la política de exterminio y desolación planteada por el gobierno de Álvaro Uribe Vélez desde su lógica de vender la soberanía nacional y todas sus enormes e incalculables riquezas.
En el día de ayer cuando un grupo de mineros artesanales - barequeros se disponían a realizar su extenuante labor fueron atacados con armas de fuego de alto poder por un grupo de personas que vestían prendas militares - camuflados y que según versiones de los moradores del sector se transportaban en camionetas blancas.
En los hechos perecieron ocho (8) humildes mineros que dependían su subsistencia y la de su familia de la labor que venían ejerciendo de generación tras generación, pero que hoy como el gobierno nacional ha vendido e hipotecado nuestros territorios, el poder del dinero y la ambición de quienes lo detentan no tiene escrúpulos y por ello al igual que en otras regiones de colombia y del mundo se presentan estos hechos abominables, crueles y despiadados.
Los victimarios antes de jalar el gatillo afirmaron que no deberían estar en ese sitio porque era propiedad privada, lo que implica que detrás de los autores materiales, se debe ligar dentro de la investigación a quien tenga el dominio de la presunta licencia de exploración y explotación de dichos predios, por cuanto los mercenarios actúan porque su amo les paga para salvaguardar su inversión.
Aun no tenemos el nombre de estos ocho compañeros, estamos a la espera que las autoridades lleguen hasta el lugar y procedan a hacer el levantamiento de los cadáveres, lo que si sabemos es que de inmediato unidades del ejercito nacional acordonaron la zona y no permiten el ingreso de moradores del sector que desean saber quienes son las victimas de tan execrable hecho.
Nos llama poderosamente la atención que grupos humanos se movilicen en carros descubiertos, portando armas de largo alcance y sobre todo ejecutando a personas en una zona que por su importancia para el capital extranjero se mantiene custodiada por dos batallones de alta montaña acantonados en las inmediaciones de la represa de salvajina, y un grupo de contraguerrilla de la policía nacional acantonada en el casco urbano del municipio de Suarez cauca.
Para el día de mañana una comisión de los departamentos de empresas transnacionales y de derechos humanos de la CUT - Subdirectiva Valle del Cauca ingresaremos a la zona para tener mayores detalles de los hechos que hoy denunciamos esperando que este delito de lesa humanidad no queda en la impunidad como otros de igual magnitud que se han cometido en el territorio nacional.
Esperamos que las organizaciones sindicales y sociales acompañen este documento con cartas de repudio y rechazo a la Alcaldía municipal de Suarez, a la Gobernación del Cauca, al Defensor del Pueblo, a la Presidencia de la República en el ánimo de mantener viva la memoria de nuestros compañeros y continuar en la lucha por la soberanía nacional, la democracia, la paz y el bienestar general de los y las colombianas.
DIEGO ESCOBAR C. WILSON SAENZ MANCHOLA
DPTO. DE ETN'S DPTO. DE DDHH
COORDINADOR DE DDHH.
Nuestra Palabra
La solidaridad que necesitamos
Muchos colombianos nos regocijamos con la liberación de Josué Daniel Calvo y Pablo Emilio Moncayo, dos jóvenes colombianos que por falta de oportunidades optaron por llegar a las filas del ejército nacional en busca de una mejor vida.
La valentía del Profesor Moncayo – padre de Pablo Emilio- lo llevó a recorrer muchas veredas, corregimientos y municipios, esos lugares que carecen de justicia social olvidados por el gobierno. Pero son estos territorios los que están colmados de personas que tejen propuestas para sus pueblos, que rechazan las leyes que les arrebatan el territorio, que se oponen a la privatización de los recursos naturales y que se niegan a portar un fusil.
La lucha de las víctimas del secuestro, pero especialmente la del profesor Moncayo es una muestra de que en Colombia sí se puede buscar el diálogo por la vía pacífica. La liberación de su hijo y de los anteriores secuestrados es un logro de la sociedad civil, por eso reiteramos que sólo por el camino pacífico es posible alcanzar la verdadera libertad.
Asimismo, nos solidarizamos con la madre del mayor Julián Ernesto Guevara. La acompañamos en estos momentos de dolor despidiendo los restos mortales de su hijo que por culpa de una guerra injusta y de la falta de voluntad política fue abandonado en la selva donde encontró la muerte.
Repudiamos también la masacre cometida por grupos armados aún sin especificar contra trabajadores mineros en el sitio conocido como “Alto de Ovejas” en jurisdicción montañosa del municipio de Suárez, Cauca. Las primeras versiones hablan de ocho muertos pero ese número todavía está sin verificar. Lo cierto es que esa masacre se suma a la sistemática estrategia de terror que desplaza a las comunidades para abrir paso a los proyectos económicos del capital transnacional. Cabe recordar que cerca a Suárez se encuentra la hidroeléctrica la Salvajina, mega proyecto que en el pasado desplazó a más de 3.000 personas y dejó sin medios de subsistencia a los habitantes de la región.
Nos solidarizamos con los familiares de las víctimas. Sentimos el dolor que los embarga, sabemos que sus vidas son irremplazables y que no merecían morir por culpa de la codicia de quienes nos destrozan las esperanzas, nos roban los sueños, nos quitan la libertad. Quienes matan a la gente de hambre, nos quitan la salud y la educación y con sus estrategias de terror y propaganda intentan manipular hasta nuestro pensamiento.
También de quienes manejan la información y quitan la libertad de prensa en nuestro país. Los que se incomodan cuando se habla de la existencia del paramilitarismo, de los atropellos a los derechos humanos por parte de la seguridad democrática, del robo descarado de agro ingreso seguro, del terror de la parapolítica y del alto presupuesto que se gasta en la guerra.
Son los mismos que descaradamente promueven la reunión esta semana de 550 empresarios de todo el mundo en Cartagena, donde el mandatario colombiano Álvaro Uribe Vélez, se sienta para hablar de su “confianza inversionista”, y donde entrega al país como mercancía de vitrina.
Pero mientras el gobernante vende el país, los desempleos aumentan, se incrementa la pobreza y la indigencia en los pueblos y ciudades colombianas. Qué le paso con la mano firme y el corazón grande? (alguna vez tuvo el corazón grande?). Firmes y grandes son las cifras que aparecen en el informe de la ONU, donde Colombia aparece en el grupo de países con mayor nivel de desigualdad entre ricos y pobres.
Para el DANE, la venta de minutos de hombres y mujeres en las esquinas, de los jóvenes que venden helados en la calle, de los niños que ofrecen dulces en los semáforos, de los artistas que cantan en los buses en busca de una moneda y de los millones de personas que son esclavizados en las ciudades por las transnacionales, pareciera que son registrados como empleos independientes que representan ingresos suficientes para las familias de quienes los ejecutan.
Con cobardía esconden la realidad para quedar bien con el puñado de mercaderes de la dignidad que acaparan el capital. Por eso, contra esa injusticia hoy resisten muchos pueblos que se levantan a pesar del desarraigo y de la muerte. Comunidades que construyen sueños y esperanzas y que se solidarizan con las personas que sufren por la codicia y el olvido.
Esa misma solidaridad que recibió el profesor Moncayo en cada paso que dio es la misma solidaridad que hoy piden a gritos muchos colombianos que están siendo víctimas de este sistema que cada día los oprime con sus leyes excluyentes. La misma solidaridad que requiere el pueblo Mapuche perseguido y enjuiciado sistemáticamente por el delito de defender y proteger la Madre Tierra. La que necesita Haití, ahora que su tragedia dejó de ser el circo mediático que promociona el falso altruismo. La que necesitamos todos los pueblos que creemos en la dignidad y por la cual debemos seguir luchando.
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