Fue presentado el informe de la Corporación Nuevo Arco Iris sobre la dinámica del conflicto armado en el año 2009, lo titularon “¿El declive de la seguridad democrática?”, ha tenido un despliegue mediático importante y ha sido respondido por el presidente Álvaro Uribe y por el ministro de Defensa Gabriel Silva, el primero en su ya acostumbrado tono de descalificación absoluta, el segundo, en un tono pausado, mostrando la importancia del debate sobre una política pública tan central en la acción del Gobierno y señalando que no comparten las conclusiones.
El informe tiene dos puntos centrales: el primero el paramilitarismo, ha crecido en número de hombres, once mil señala el informe, en presencia territorial, llegando cerca a trescientos municipios y es una fuerza no centralizada que hace más acciones que las FARC y el ELN juntos, por supuesto no tienen las mismas dinámicas, pero podría afirmarse por la información presentada que la heterogénea y no centralizada fuerza de paramilitares son la principal amenaza a la vida, a la convivencia y a un orden que pretende ser democrático.
Sobre las FARC, el informe presenta cifras que muestran que en este año, va a tener un incremento de su accionar que puede estar en un 30%, al presentarse 1.300 acciones, en tanto que entre el año 2003 y 2008, el promedio de acciones ha estado entre 800 y 1.000, son acciones que corresponden a una guerra defensiva que combina acciones de perturbación a la dinámica social, como lo han sido los paros armados en los departamentos de Arauca, Guaviare, Caquetá y Putumayo, con la acción espectacular del ingreso a dependencias oficiales en el municipio de Garzón en el mes de mayo, donde secuestraron a un Concejal que sigue en su poder y las recientes acciones de ataque a la fuerza pública en el Norte del Cauca, con una sostenida acción de hostigamientos sobre Corinto, Caldono y Caloto.
En resumen, las FARC de 2009, han sido capaces con la mitad de la fuerza de incrementar de manera sustancial su accionar, si partimos que eran 20.000 combatientes al inicio de la administración del presidente Uribe en 2002 y que luego de más de siete años, con una ofensiva impresionante, pueden estar entre 10.000 y 12.000 combatientes, éste es un indicador de una importante capacidad de adaptación por parte de las FARC, de una decisión política de hacerse más visibles en un momento de debate presidencial y de estar preparándose para cobrar políticamente el que la gran apuesta del presidente Uribe con un impresionante respaldo ciudadano, de derrotarlas militarmente está en entredicho y eso es lo que muestra el detallado informe.
El ELN, del que muy poco se habla, igualmente tiene la atención del informe, mostrando como mantienen presencia territorial y capacidad de control en importantes zonas de Arauca, el Catatumbo, el Sur de Bolívar, Cauca y Nariño y que lejos de ser una fuerza pasiva, se han preservado, mantienen intacto su mando central y siguen siendo una fuerza con capacidad de perturbación.
Un balance tan preocupante de la principal política del presidente Uribe, bien merece de un debate público, porque está apuntando a que los dos principales objetivos que se planteó no se han logrado; la negociación con los paramilitares para su desmonte es parcialmente un fracaso, porque allí siguen y la derrota de las FARC, está en veremos, un informe que llega en un momento en que se creía que era incuestionable la política de seguridad democrática, que ningún candidato a la Presidencia le ha entrado en forma al tema, pero ahora que una voz desde un modesto centro de investigación murmulla “El rey va desnudo”, quizás en la multitud la pregunta cale y veamos que no está totalmente desnudo, pero tampoco totalmente cubierto.
Por: Luís Eduardo Celis
Coordinador del programa de Política Pública de Paz Corporación Nuevo Arco Iris
Sobre las FARC, el informe presenta cifras que muestran que en este año, va a tener un incremento de su accionar que puede estar en un 30%, al presentarse 1.300 acciones, en tanto que entre el año 2003 y 2008, el promedio de acciones ha estado entre 800 y 1.000, son acciones que corresponden a una guerra defensiva que combina acciones de perturbación a la dinámica social, como lo han sido los paros armados en los departamentos de Arauca, Guaviare, Caquetá y Putumayo, con la acción espectacular del ingreso a dependencias oficiales en el municipio de Garzón en el mes de mayo, donde secuestraron a un Concejal que sigue en su poder y las recientes acciones de ataque a la fuerza pública en el Norte del Cauca, con una sostenida acción de hostigamientos sobre Corinto, Caldono y Caloto.
En resumen, las FARC de 2009, han sido capaces con la mitad de la fuerza de incrementar de manera sustancial su accionar, si partimos que eran 20.000 combatientes al inicio de la administración del presidente Uribe en 2002 y que luego de más de siete años, con una ofensiva impresionante, pueden estar entre 10.000 y 12.000 combatientes, éste es un indicador de una importante capacidad de adaptación por parte de las FARC, de una decisión política de hacerse más visibles en un momento de debate presidencial y de estar preparándose para cobrar políticamente el que la gran apuesta del presidente Uribe con un impresionante respaldo ciudadano, de derrotarlas militarmente está en entredicho y eso es lo que muestra el detallado informe.
El ELN, del que muy poco se habla, igualmente tiene la atención del informe, mostrando como mantienen presencia territorial y capacidad de control en importantes zonas de Arauca, el Catatumbo, el Sur de Bolívar, Cauca y Nariño y que lejos de ser una fuerza pasiva, se han preservado, mantienen intacto su mando central y siguen siendo una fuerza con capacidad de perturbación.
Un balance tan preocupante de la principal política del presidente Uribe, bien merece de un debate público, porque está apuntando a que los dos principales objetivos que se planteó no se han logrado; la negociación con los paramilitares para su desmonte es parcialmente un fracaso, porque allí siguen y la derrota de las FARC, está en veremos, un informe que llega en un momento en que se creía que era incuestionable la política de seguridad democrática, que ningún candidato a la Presidencia le ha entrado en forma al tema, pero ahora que una voz desde un modesto centro de investigación murmulla “El rey va desnudo”, quizás en la multitud la pregunta cale y veamos que no está totalmente desnudo, pero tampoco totalmente cubierto.
Por: Luís Eduardo Celis
Coordinador del programa de Política Pública de Paz Corporación Nuevo Arco Iris
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