ojo..video MUY FUERTE..jovenes quemados vivo en carcel, bajo la complasencia de la policia, video revelador sobre los crímenes de martinelli, el "amigo" de alvaro uribe
Las élites de Panamá y Colombia se parecen cada vez más: son sumisas a los Estados Unidos de América, tienen gobernantes devotos, multimillonarios que amparan los empresarios y las transnacionales, albergan en su suelo a criminales extranjeros, destrozan el medio ambiente con políticas mineras y energéticas y asesinan a su propio pueblo en resistencia. En lo que va corrido del año Panamá ha estado al borde varias veces de insurrecciones populares por cuenta de la indignación de las organizaciones sociales, sindicales y grupos étnicos unidos en el Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales, Frenadeso.
Los sectores populares están cansados del cinismo del gobierno de Martinelli, que dicho sea de paso es una radiografía del anterior gobierno colombiano de Uribe: mafia, narcotráfico, corrupción, escándalos, persecución y judicialización de la protesta social y abyección total ante los gringos. Todo ante el silencio cómplice de los medios masivos de comunicación, de la clase dirigente y de la “famosa” comunidad internacional.
Huelga del Canal
En la primera semana de enero de 2012 los obreros del canal iniciaron una huelga en contra de las transnacionales que dirigen las obras de ampliación del canal de Panamá, que estuvo en manos gringas por más de 100 años y que ahora, en los últimos 10 años, ha reportado mayores ganancias que las que obtuvo durante un siglo en manos norteamericanas, con todo y la corrupción de la oligarquía panameña.
Sin embargo, los obreros protestaron entre otras cosas por el trato irrespetuoso y los maltratos del personal directivo extranjero que labora en la obra, contra los nacionales panameños. También porque los salarios son, como siempre, mayores para los extranjeros que para los panameños. Esta Huelga, que duró dos semanas, obligó al gobierno de Martinelli a sentarse a negociar con Suntracs, el sindicato de obreros de la construcción, el más grande de centro América. Producto de esa negociación se expidió un decreto que incrementó el costo de la hora de trabajo a favor de los obreros; tal salida, sin embargo, no fue satisfactoria para los obreros y los mantienen en pie de lucha. Las retaliaciones del gobierno no se hicieron esperar y a finales de enero de 2012 arrestó de manera ilegal a 33 obreros, ingresando a las áreas de trabajo en donde desarrollaban su labor.
Estas protestas son la apertura a una serie de movilizaciones que se dan en todo el país contra el régimen de Martinelli, la corrupción y el crimen que maneja su gobierno.
Protestas contra la minería y las hidroeléctricas en el territorio Ngäbe Buklé
El Estado se había comprometido a no tocar el territorio de la comarca Ngäbe Buklé para construir Hidroeléctricas ni explotar minería, pero no sólo no ha cumplido sino que incentiva su construcción y ataca criminalmente al pueblo que defiende su territorio. Panamá no necesita producción de energía hidroeléctrica porque con 700 MW que produce actualmente es suficiente; los proyectos que se quieren imponer, sólo en la región de Chiriqui, planean más de 700MW.
También en esa región se encuentra una conocida empresa colombiana, los directivos de Hidroecológica del Teribe, S.A., filial de Empresas Públicas de Medellín E.S.P., dieron luz verde a la construcción de los caminos y puentes que darán acceso al sitio de las obras principales del proyecto hidroeléctrico Bonyic, en Panamá. EPM, igual que en Colombia, se comporta como una multinacional que arrasa sin contemplación lugares sagrados y de alta biodiversidad. Toda la energía producida en Panamá, como en Colombia, será para la exportación y no para solventar necesidades de sus pueblos.
Por esta y otras razones, desde el 5 de febrero de 2012 el pueblo Ngäbe Buklé paralizó la carretera interamericana que conecta a Panamá con Centro América, y fue violentamente reprimida con el siguiente saldo: En San Félix la policía y los militares, para reprimir a los manifestantes, entraron violentamente a los hospitales, a las viviendas, desnudaron a una señora para requisarla y secuestraron durante dos días a una niña de 13 años para después violarla. Se utilizaron helicópteros, aviones y gases, torturas y armas de fuego. En medio de estas protestas, Gerónimo Rodríguez, indígena de 26 años de edad, fue asesinado por la policía el 5 de febrero de 2012 de un balazo que le atravesó el corazón. También el joven Mauricio Méndez, de 16 años, fue asesinado por la policía de un disparo que le destrozó el rostro, mientras participaba en una vigilia en solidaridad con el pueblo indígena Ngäble Buklé. El hecho ocurrió el 7 de febrero en el sector de las Lomas, provincia de Chiriquí.
Frenadeso señala al presidente Martinelli, al director de la policía Gustavo Pérez y al ministro de seguridad José Raúl Mulino como responsables por estos crímenes y por los que se han cometido en los dos últimos años, por no hablar de las decenas que provocaron los anteriores gobiernos. Por ejemplo, el 7 de julio de 2010 se perpetró la masacre de Bocas del Toro; allí fueron asesinadas 10 personas, entre ellos los dirigentes Antonio Smith y Virgilio Castillo y varios menores de edad. 716 manifestantes resultaron heridos, lo que muestra lo nutrido de la manifestación y el enojo de la población que se movilizaba contra la ley 30 que prohibía el derecho a la huelga y le daba libertades a la policía para atropellar a los manifestantes.
Las escenas son aterradoras
Las imágenes de los asesinatos y agresiones de la policía contra los manifestantes que protestan son estremecedoras. Pero esta es la reiteración de la política del primer mandatario y sus militares, quienes ya habían mostrado su nivel de crueldad. El 9 de enero de 2011, por ejemplo, en el centro de cumplimiento de menores de Tocumen, la policía quemó vivos a 5 jóvenes en una celda: Erik Alexis de 17 años, Benjamín Mojica de 16 años, Víctor Jiménez, José Frías y Omar Ibarra; en el video se puede observar el sadismo de los militares que les gritaban a los jóvenes que se estaban quemando vivos: “¿agua? ¿no son muy hombrecitos, muéranse?” Estas imágenes desgarradoras se pueden observar en la página www.periferiaprensa.org y en www.frenadesonoticias.org. Advertimos sobre el alto grado de brutalidad y sadismo, por lo que recomendamos observarlas con precaución y responsabilidad.
Los medios masivos de comunicación panameños y colombianos, y los organismos internacionales como ONU y OEA, han guardado silencio ante estos terribles actos de barbarie contra la población en resistencia y llaman al “diálogo civilizado”.
Panamá es un pequeño país con un pueblo grande y digno que le quiere mostrar al mundo no sólo las crueldades de su régimen, sino el valor y la dignidad de los panameños más pobres.
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