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sábado, 2 de enero de 2010

Deseos de año nuevo

Libardo Gómez Sánchez, 
 Diario del Huila,
28 de diciembre de 2009.

El hombre es el único ser sobre el planeta que evolucionó para proyectarse en el futuro, tenemos la prodigiosa facultad de imaginarnos como seremos en tiempos por venir, tal y como hizo en los albores del siglo dieciséis a finales del renacimiento, Leonardo da Vinci, cuando aún el transporte se hacía a caballo o en barco, él elaboró los bocetos de una máquina similar a lo que hoy es un submarino y estudió los movimientos de las aves persiguiendo el mecanismo que permitiera a los hombres surcar las alturas, transcurrirían más de trescientos años para que esos sueños se hicieran realidad. De igual manera, Julio Verne en sus fantásticos relatos de mediados del siglo diecinueve predijo la aparición de algunos de los avances tecnológicos del siglo XX, como la televisión y las naves espaciales con las que veía al hombre llegar a la Luna y recorrer el mundo en ochenta días, sucesos que posteriormente se pudieron realizar.
Los dirigentes del mundo se acaban de reunir en Copenhague, advertidos por la comunidad científica de los fatales sucesos que podrán continuar desatándose en el planeta si prosigue la explotación sin medida de los recursos que ella nos provee, no se trata de la especulación o la fantástica imaginación de los da Vinci o Vernes del pasado sino de la certidumbre que nos ofrece la observación y los cálculos de la ciencia moderna, sin embargo intereses económicos de unos pocos generan una enorme sordera que impide escuchar el clamor del mundo y la cita en la ciudad portuaria “bahía de los mercaderes” terminó en un rotundo fracaso. Este resultado permite pronosticar un proceso de calentamiento global acelerado, un escenario plagado de desastres naturales, sequías e inundaciones sin control afectando la provisión de alimentos para los habitantes de la tierra.
No es extraño en estas épocas que quienes dirigen las naciones actúen de espaldas a las necesidades de la mayoría de sus gobernados, regularmente terminan representando solo a unos pocos, a los dueños del poder económico, poder que incluso puede estar por fuera de las fronteras de las naciones que gobiernan. Esto explica que a pesar de las calamidades que sufren naciones como la nuestra, carencia de empleo, pésimos servicios de salud cuando se tienen, un sistema educativo en franco deterioro, crecimiento geométrico de la pobreza, quienes nos gobiernan insistan en aplicar políticas que han probado su fracaso para las mayorías pero de enorme utilidad para los grupos financieros y las multinacionales.
Cada cabo de año muchas familias se reúnen y en medio de un círculo de amor se hacen promesas e invocan un futuro venturoso, es un rito positivo que implica la certidumbre de que el mundo puede ser mejor. Como está probado que nos podemos imaginar el futuro, a riesgo de que nos juzguen por pensar con el deseo, hagamos un circulo los colombianos de bien, tomados todos de la mano, para proponernos que en el dos mil diez las naciones logren un acuerdo para el control de la emisión de gases y la eliminación de las armas nucleares y de todo tipo, cesen las invasiones de Afganistán e Irak y cualquier otra y que en Colombia no haya libre comercio, la ley 100 que regula la salud fallezca, la ley 142 de servicios públicos se apague para siempre, los grupos alzados en armas no secuestren ni asesinen a más civiles indefensos, ni realicen proselitismo armado y liberen a todos los retenidos, los gringos desistan de tener bases militares en nuestro suelo, el Procurador prevaricador de bolsillo del gobierno renuncie y no haya más reelección por el bien de la democracia.

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