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miércoles, 8 de diciembre de 2010

¡Cojan al ladrón¡


mediasnueves.blogspot.com/

“Álvaro Uribe Vélez, nació en Medellín en el año 1952, en una familia
ultraconservadora y de pocos recursos y con un padre que iba y venía
colmado de deudas pero era honesto, hasta cuando se le apareció el
gran “negocio”. Tiene varios hermanos entre los cuales están Jaime y
Santiago, sindicado el primero de una muy buena amistad con Pablo Escobar,
lo que le valió ser arrestado por los servicios de inteligencia militares y
Santiago, acusado de haber fundado un escuadrón de criminales junto
a un sacerdote y al cual llamaron los “doce apóstoles” culpables de
decenas de asesinatos en Antioquia. Álvaro Uribe está casado con Lina
Moreno y tiene dos hijos: Tomás y Jerónimo” (2008:13).

La cita es tomada del libro titulado “El narcotraficante N° 82 Álvaro Uribe Vélez Presidente de Colombia”, cuyo autor es Sergio Camargo, publicado por Universo Latino Association, Madrid. Para empezar, tendríamos, por decir, que Tomás y Jerónimo -jóvenes “dinámicos” y “emprendedores”-, hoy son multimillonarios gracias a un fabuloso negocio de tierras que realizaron en contubernio con el Alcalde de Mosquera (Cundinamarca). Primero compraron por hectáreas un globo de tierra en el área rural del Municipio. Luego, con muy poca espera, lograron que se ampliara el perímetro urbano, de tal manera que lo adquirido como predio rural se volviera, por arte de birlibirloque, urbano. Finalmente, no contentos con lo hecho, convirtieron el área en Zona Franca Industrial. Cabe advertir que todo se hizo en el marco de la ley y mediante los procedimientos jurídicos establecidos.
Así obra Uribe. No deja rastros, y cuando está en peligro, es capaz de quemar hasta a sus propios áulicos. La defensa que hace de asilo para los implicados en las chuzadas del DAS, como ocurrió ya con María del Pilar Hurtado, exdirectora del organismo de inteligencia, antes que defenderla, lo que pretende es impedir que se llegue, en el transcurso de la investigación, a la responsabilidad directa que tuvo en lo ocurrido el huésped principal por ocho años de la Casa de Nariño.
“El asilo no es posible sin contactos” le dijo María del pilar Hurtado al periodista Daniel Coronel, días antes de que se lo otorgara a ella el gobierno panameño. Viejos conocidos -Ricardo Martinelli y Álvaro Uribe- lograron rápidamente lo que no se pudo con España para los de las “chuzadas”, y tampoco en Costa Rica para Sabas Pretelt de la Vega, implicado en los enredos de la llamada “Yidispolítica”.
Uribe se defiende de su responsabilidad en las “chuzadas” del DAS, con los asilos por él finamente tramados. No le preocupan en últimas los “sabas” ni las “marías del pilar”, así como tampoco le importó, en su momento, Rocío Arias, la misma que lo albergó muchas veces en su casa cuando era candidato presidencial con escasas posibilidades, y le preparó fenomenales sancochos financiados con espurios dineros del paramilitarismo. Uribe no sabe de gratitud: Mancuso, Jorge 40, Don Berna, Macaco o el Alemán son testimonio vivo de ello.
“Siempre pedí a los compañeros de Gobierno que dijeran la verdad. Algunos me han expresado que a pesar de haberla dicho no tienen garantías en la justicia: en casos de esta naturaleza he compartido y apoyado que busquen asilo”. Así comienza el comunicado de 9 puntos (25 de noviembre de 2010). Cínico, señala después: “en mi larga carrera pública siempre he batallado de frente, sin cálculos y sin trampas”. Pobre Sabas, captó con puestos y notarías el voto de Yidis Medina, y neutralizó el de Teodolindo Avendaño, cumpliendo un costoso mandado, que nadie le pidió hiciera: La aprobación de la reforma constitucional que permitiera la reelección de Uribe.
Condena en dicho comunicado a la Corte Suprema de Justicia, a la Procuraduría y la prensa. “Nuestra acción contundente contra el crimen ha generado toda clase de venganzas, entre ellas la actividad delincuencial para desacreditar nuestro proceder”. Perseguir a los magistrados porque están del lado de los delincuentes, es lo que de semejante diatriba se puede colegir.
Es conocida la astucia del ladrón que logra sumarse a la muchedumbre para gritar con todos, mientras persigue…. ¡cojan al ladrón¡ ¡Que no escape el bandido!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen articulo, estoy de acuerdo contigo aunque no al 100%:)

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